Hijo de las cinco musas del sonido (blues,
country, rock and roll, folk y góspel) Protege y cuida con sus madres su
tesoro más preciado: la música. Poeta inmortal. Siempre acompañado de
la armónica, instrumento que ilustra sus palabras y su pasos. Nómada
de por vida en un viaje sin fin recorre el mundo propagando su palabra
por los más grandiosos altares. Acompañado por sus madres, este cortejo
transmite paz y serenidad allá por donde va. La fe que promulga hace
mella en la conciencia de sus acólitos, quienes le rinden pleitesía
durante el resto de su corta vida mortal.
La rendición del gigante Jao
Un día,
un joven músico llamado Dylan, lleno de optimismo y de vitalidad comenzó
a tocar una melodía con su armónica. Esta música conquistó el corazón
de los pocos afortunados que tenía a su alrededor en ese momento,
removiendo su conciencia y haciendo ver a la gente de otra forma el
mundo de su alrededor. Este joven procedía de un pequeño pueblo llamado
Duluth donde era conocido por su habilidad con los instrumentos
musicales. Allí fue donde compuso la melodía que haría caer al Gigante
Jao, ya que, esos afortunados que la escucharon por primera vez, fueron
los primeros en liberar su conciencia de las garras del gigante.
Poco a poco su melodía se fue propagando por el mundo, renovando sueños y valores antaño perdidos por los hombres.
Muchos
son aún los que siguen encarcelados por Jao, pero Dylan seguirá
luchando contra el gigante durante toda la eternidad haciendo tocar su
armónica.
Se representa al dios Dylan con la armónica, la paloma y con sandalias. Suele estar acompañado por las cinco musas.
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