miércoles, 30 de enero de 2013

Ángela Merkel

Por Olga Álvarez Moreno  





     Hija del dios Hermes y de una pastora llamada Merkel.  Nace en una aldea a orillas del río Rin.  Su padre ordena que sea amamantada y cuidada por las ovejas de su rebaño, castigando así a la  madre mortal a no volver a ver a su hija Ángela.  El dios Hermes pronto enseña a la niña sus habilidades: procurando alimento y protección a los animales domésticos, protegiendo el comercio y a los comerciantes, socorriendo a los peregrinos, etc.

    Se representa a Ángela Merkel con un carro cargado de lana y tirado por bueyes.



El castigo de Hermes

    Ángela, celosa de la habilidad de su padre para procurar fortuna a los mortales, decide recorrer las tierras a un lado y otro del Rin, obligando a campesinos y comerciantes a levantar altares en su nombre.  Intransigente con los mortales, les somete a humillaciones, quemando las aldeas que se resisten, y sus habitantes, condenados a morir de hambre.

    Hermes, dedicado a la exaltación de los atletas, abandona el cuidado de su hija, pero cuando se entera de lo que Ángela está haciendo, decide castigarla, convirtiéndola en simple mortal.  Se ve obligada a trabajar la tierra y cuidar del ganado,  pedir limosna  y protección en los lugares donde había pretendido ser adorada.  En una de estas aldeas encuentra a una vieja campesina de nombre Merkel, quien decide cobijarla en su humilde choza.  La bondad y amabilidad de esta anciana es rechazada por Ángela, que roba a la campesina la poca lana, comida y bebida que pudiera tener.  Con la venta de lo obtenido, compra una cabra  que ofrece en sacrificio al dios Hermes en busca de compasión.  Enterado Hermes de lo ocurrido, obliga a su hija a cuidar a la vieja anciana  hasta el fin de sus días, como si de su madre se tratase, lo que así hace con atención y cariño, procurando, además, prestar debida respeto al resto de los vecinos de la aldea.  En prueba de la devoción y afecto que tuvo a la anciana, decidió llamarse Ángela Merkel.

    El comportamiento ejemplar que al final tuvo Ángela en la Tierra fue elogiado por los dioses reunidos en el Olimpo.  Y Zeus pone fin al castigo otorgándole nuevamente su condición de semidiosa y la cualidad de mensajera de los hombres, siendo adorada en las aldeas y pueblos a un lado y oro del río Rin, levantándose en su nombre altares donde acuden los aldeanos en busca de consejo y protección.

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